Tenía pendiente desde hace un par de años de escribir una entrada para compartir algunas fotos y algunas descripciones sobre el inseparable martillo de encuadernador una herramienta que al principio para fácil de sustituir pero cuando se le ha tomado cariño a su forma se hace imprescindible. Vamos a ver.

Lo que podemos ver en la primera galería es un martillo que se comercializa como de encuadernador por una empresa que se llama C. Hammond y tiene otra variante que especifíca su uso para la manufactura de libros en blanco. El de la izquierda es un martillo pesado, de cara amplia del otro lado posee una cuña fina y como podrán darse cuenta contaba con cuatro pesos distintos: de los 737 gramos el mas ligero a un 1.2 kilos el mas pesado. El martillo de la derecha tiene una cara amplia y un cuerpo muy alargado que remata en una cuña muy bien redondeada.

C. Hammond Catalog, 1910. Cortesía de Gary Roberts, quien dirige el sitio web Toolemera, que tiene toneladas de otros catálogos comerciales fascinantes, principalmente de carpintería, que ha escaneado de su colección personal.

Por otro lado tenemos el martillo de encuadernador francés una herramienta algo mas rudimentaria pero en lo personal, casi podríamos decir básica ya que la podemos encontrar en otras partes del mundo como en Japón donde hacen unos martillos con esa forma pero de una calidad muy superior utilizando durezas distintas para cada zona del martillo.

La forma de esta herramienta es sin duda la que más me funciona para trabajar y también para su fabricación porque no necesita tantos pasos para su acabado. En la foto de abajo pueden ver un martillo terminado en el taller.

Martillo de encuadernador francés hecho en México

De este martillo me gusta también que su mango sea corto eso afina mucho la precisión con la que se golpea el libro ya en la mesa durante el redondeado o bien en la prensa cuando se sacan los cajos.

Otro de los martillos disponibles en el mercado es la variante inglesa que pueden encontrar en tiendas como Talas en Nueva York posee una cara muy amplia y una cuña en forma trapezoidal aunque no es un martillo que pese lo suficiente, según mi modo de ver, lo que exige que el encuadernador tenga que golpear con mas energía para realizar la misma operación.

A la izquierda un martillo de zapatero, en medio un martillo inglés vendido por Talas y a la derecha el martillo francés
Algunas opciones muy similares a los martillos que se venden específicamente para la encuadernación el martillo de la derecha parece para acabados de hojalatería

Y bien espero que esta pequeña descripción de los martillos le sea de utilidad se puede prescindir del martillo, se puede redondear a mano incluso claro, cuando sea uno o dos libros porque cuando se tienen producciones grandes es muy cansado hacerlo así. Las dos características que yo podría enumerar de un buen martillo son dos: un buen peso y una cara ancha para no maltratar la lomera durante el proceso de redondeo o de cajo.