Encuadernación hecha por Thomas James Cobden-Sanderson

Thomas James Cobden-Sanderson (Thomas James Sanderson su nombre de nacimiento), fue una de esas personas que se hicieron a si mismo. De hecho puso sus ideas en práctica durante toda su vida y esto le llevó a comenzar una carrera que lo llevó primeramente a la Iglesia y más tarde al terreno de las leyes. Pero no fue hasta que conoció a Annie Cobden cuando encontró su camino y comenzó las actividades por las que es recordado, primero como encuadernador y más tarde como impresor.

Tras su boda con Annie, a la edad de cuarenta y dos años, tomó el apellido de esta y su nombre se convirtió en Cobden-Sanderson. Hombre extraordinario y querido por sus amigos y los que trabajaron con él, fundó el taller de encuadernación Doves Bindery en 1893 con cuatro empleados, uno de los cuales era Douglas Cockerell, en una casa llamada The nook (El rincón) situada casi enfrente de la Kelmscott Press en Upper Mall (Hammersmith). William Morris intentó comprarle la casa con vistas a ampliar su imprenta e invitó a Cobden-Sanderson a ser su inquilino pero este decidió comprar la casa y el que se convirtió en inquilino fue Morris, pero solamente durante un año.

Cuando Cobden-Sanderson fundó, junto con Emery Walker, la Doves Press en 1900 (William Morris falleció en 1896) se inspiro por una parte en la Kelmscott Press, pero por otro lado estaba decidido a poner en duda las ideas de Morris sobre el diseño de libros. Las páginas salidas de la Doves Press fueron las más devastadoras críticas hechas hasta entonces a los trabajos de la Kelmscott Press, de hecho fue la Doves, y no la Kelmscott, la que enseñó al mundo de la imprenta el camino a seguir en cuanto al diseño de libros. Cobden-Sanderson hizo lo que Morrison, el decorador por excelencia, no y que fue el de ennoblecer a la simple tipografía.

Los libros de la Doves Press nunca tenían ilustraciones. Su única decoración eran capitulares de color, algunas de ellas de gran tamaño, dibujadas por Edward Johnston o Graily Hewitt. El libro más significativo editado por la Doves Press fue una Biblia (1903) en cinco volúmenes que está considerado como uno de los libros más bellos realizado en todos los tiempos. Para sus ediciones Cobden-Sanderson y Emery Walker diseñaron unos tipos basados en el del impresor y grabador de punzones del siglo XV Nicolas Jenson, tipos que una vez que la imprenta cesó sus actividades en el año 1916, Cobden-Sanderson arrojó al río Támesis para así asegurarse de que nadie los volviera a utilizar.

Bibliografía:

Catalogue Raisonné of Books Printed an Published at The Doves Press
T. J. Cobden-Sanderson. Doves Press, 1916

Thomas James Cobden-Sanderson, Bookbinder and Printer
C Volmer Nordlunde. Copenhagen 1957

T. J. Cobden-Sanderson
The ideal book or Book Beatiful
Doves Press, 1900


La función de la tipografía, así como de la caligrafía, consiste en comunicar a la imaginación, sin perder nada por el camino, la imagen que intenta transmitir el autor. Y la función de la tipografía bella no es hacer de la belleza algo que se convierta en un fin en si mismo por encima del contenido, sino facilitar la comunicación por la claridad y belleza del vehículo por un lado, y por otro aprovechar las pausas y paradas que se producen en esta para intercalar aquellos elementos de serena belleza que hacen de la tipografía un arte.

De este modo nosotros tenemos una razón para buscar la claridad y la elegancia del texto en la belleza de la primera página o de las páginas preliminares o de la portada, en los títulos de capítulo, en las letras capitulares o iniciales y en las ilustraciones.

Por otro lado, en el caso de la poesía, el verso, en mi opinión, apela por su forma tanto al ojo como al oido, y debe ser dispuesto en la página de forma que su estructura pueda ser facilmente apreciada, y cualquier cosa que interfiera en su comprensión, aunque sea algo bello, es en relación al libro como un todo, una impertinencia tipográfica.

T. J. Cobden-Sanderson

The ideal book or Book Beatiful Doves Press, 1900

Yo no creo en la doctrina de William Morris. No creo que el placer de un trabajo lo produzca la ornamentación, ni tampoco creo que la ornamentación tengan un privilegio especial para la consecución de la felicidad. La ornamentación nace de una facultad que puede o no estar precedida, acompañada o seguida por la felicidad.

T. J. Cobden-Sanderson,

2 October 1902 The Journals of Thomas James Cobden-Sanderson 1879-1922

Richard Cobden-Sanderson, London, 1926