«Los pies de Yang Huanyi habían sido atrofiados desde la infancia. A los tumbos caminó su vida. Murió en el otoño del año 2004, cuando estaba por cumplir un siglo.
Ella era la última conocedora del Nushu, el lenguaje secreto de las mujeres chinas.
Este código femenino venía de tiempo antiguos. Expulsadas del idioma masculino, que ellas no podían escribir, habían fundado su propio idioma, clandestino, prohibido a los hombres. Nacidas para ser analfabetas, habían inventado su propio alfabeto, hecho de signos que simulaban ser adornos y eran indescifrables para los ojos de sus amos.
Las mujeres dibujaban sus palabras en ropas y abanicos. Las manos que los bordaban no eran libres. Los signos, sí.»
Extracto del libro de Eduardo Galeano «Espejos. Una historia casi universal»